Los últimos mineros de mi querido Valle del Guadiato acaban de ser jubilados.
La leyenda del perro "Terrible" que fuel el origen de la prosperidad puntual de toda la zona del Guadiato, mi río particular nacido en
La Coronada, ha declinado su esplendor histórico.
Belmez,
Peñarroya-Pueblonuevo,
Espiel,
Fuente Obejuna, acaban de convertirse en reliquias de pozos a la intemperie. El gobierno de la nación niega los fondos
Miner que mantenían vivos los ralos sueños de la comarca y están acampados con el frío que hace frente a la subdelegación del gobierno central en Córdoba.
Me uno a su lucha valiente y decidida. Por eso esta mañana, cuando miro a la Sierra la veo oscurecida. Y se me han saltados las lágrimas ante la la despedida de los hombres que crecen bajo la tierra.