Un aspecto importante en la educación de las personas mayores, es la forma de llevarla a la práctica, debido a las características propias de la etapa de vida en que se desenvuelven los sujetos de la misma. Por esta razón se necesita una serie de cambios en la organización del sistema educativo normal, oficial o reglado, dando entrada, además, a la educación informal o no reglada.
Un factor fundamental es ofrecer a las personas mayores una motivación que les estimule el deseo de aprender, para seguir así manteniendo la actividad, mejorando su nivel de autoestima, su calidad de vida, y grado de satisfacción.
La educación de las personas mayores no trata de incorporar una asignatura sobre el tema del envejecimiento, ni de impartir clases sistemáticas sobre el mismo. Tampoco, de concienciar a los alumnos para que desde pequeños se preparen para ser persona mayor, sino mas bien de aspirar a cambiar la imagen de la vida, considerar sus etapas o ciclos de vida, cada uno de los cuales debe vivirse. Y dentro de ese contexto, comprender el envejecimiento como una etapa normal del proceso de vida.
La educación permanente no tiene plazos, ni programas rígidos, ni exigencias generales e iguales para todos. Se realiza en libertad y en beneficio de cada sujeto en particular.