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Tres o cuatro años antes de morirse coincidíamos casi todos los domingos en el Campo del D. Bosco, (Salesianos), para ver el fútbol modesto. Yo lo pasaba muy bien, pues al margen de ver los partidos, el con sus chistes, sus ocurrencias y su forma de ver la vida, alegraba a cualquiera.
Era el año 1994, y casualmente en el patio del Colegio, coincidimos con D. Blas Aniz Iriarte y su esposa, que habían venido a las fiestas de María Auxiliadora. Le saludamos correctamente y el nos correspondió.
El “Chato Matías”, me comentó de que en el año 1982, les dieron un homenaje en la Universidad a los que llevaban 25 años, tanto a trabajadores como a profesores, y el amigo Antonio Borrego, “El de las Calderas”, le comentó lo siguiente: