Y cuando de noche , Cordoba dormia ...,
y era como un llanto la fuente del potro,
el pintor gemia:
Ay chiquita piconera , mi pic ....
Asi cantaba Concha Piquer desde las " Radios " que sonaban en mi infancia de Madrid (años 40 y 50); ascendian hasta mi sexto por el patio de vecinos , mezclados a los efluvios producidos por los guisos de cada casa , con preponderancia del honrado y proletario cocidito madrileño .
Era la Copla , tan denostada injustamente despues por la progresia de salon. La Copla era una obra de arte , una historia cantada con su planteamiento , nudo y desenlace , como mandan los cánones literarios, y todo en un par de minutos.
Esta es la historia de un amor imposible entre el pintor Julio Romero de Torres y una de sus modelos.
El destino quiso años despues que pasase mi adolescencia en Cordoba , escuchando los sonidos del agua en el silencio de la plaza del Potro y atemperando el estallido hormonal frente a la belleza de la mujer morena de la Copla.
Los sabados tenia que escribir una carta y el sello que nos daban era alegorico a la Piconera.
Cuando años despues cobre el primer jornal al rasgar el sobre ocre de papel de estraza , el sueldo aparecio en billetes de cien pts., marrones precisamente con Julio Romero y su historia recordada.
Bueno os pido disculpas por haberme alargado en exceso pero hoy cumplo 70 años y la historia de La Piconera, que vais a ver y escuchar a continuacion, me ha motivado al recuerdo .
Saludos,
Julian . |