Enlace a la intervención de Santiago Pérez Gago
Francisco Zafra Gómez
Discurso pronunciado por Francisco Zafra con motivo del segundo encuentro de laborales de la ULC (1-11-2008). En esta versión para su publicación en internet se omiten los nombres de los compañeros para no incurrir en ofensas a aquellos que son más celosos de su intimidad.
Sr. Vicerrector, queridos organizadores, queridos profesores, queridos compañeros:
En primer lugar quiero expresar mi más profundo agradecimiento por el honor que supone para mi el dirigirme a vosotros en este emotivo encuentro en un lugar que llevo dentro de mi corazón y del que sólo guardo buenos recuerdos.
Me ha pedido la organización que elabore un pequeño discurso acerca de la proyección social de los alumnos de las Universidades Laborales, y en especial de los que acudieron a esta casa. Lamentablemente no creo poder satisfacer esta petición desde un punto de vista científico, ante la carencia de datos. Por tanto, en estos minutos sólo me voy a referir a lo que esta casa representó en mi trayectoria personal y en la del círculo más próximo de compañeros, principalmente los que aparecen en esta foto, correspondiente a sexto de bachillerato del curso 1975-76. Pero estos datos, limitados a mi entorno más próximo, sin lugar a dudas podrían extrapolarse a muchas otras generaciones de laborales.
Mi aventura en la Universidad Laboral había comenzado una tarde de Septiembre de 1974 cuando un grupo de adolescentes procedentes de Granada llegábamos al paraninfo en un autobús, tal vez como los muchachos de esta foto (foto entrada a pag. web que mantiene con encomiable esfuerzo JA. Olmo), y nos enfrentábamos por primera vez a aquel inmenso pasillo que nos distribuyó a nuestros respectivos colegios. ¡Nunca habíamos visto un pasillo de tal longitud!, ni unos comedores tan grandes, ni aquellos inmensos talleres, ni una piscina cubierta, ni seis campos de fútbol y una pista de atletismo y, para rematar, laboratorios de prácticas, de idiomas, sala de música, un cine y un teatro griego: “un lujo”. En nuestra inmensa mayoría éramos chicos de origen humilde, hijos de trabajadores del campo, de la mina, de la construcción, de la pequeña industria manufacturera o del comercio. Con frecuencia, de acuerdo con los cánones de la época, éramos miembros de familias numerosas, la mayor parte de nosotros era originaria de pueblos pequeños o medianos, o de barrios obreros de las capitales de provincia y, en definitiva, con unas perspectivas de promoción personal más bien limitadas. Pero tuvimos la suerte de pertenecer a una generación en la que nuestros padres, y en especial nuestras MADRES, no se conformaron con que tuviéramos la misma vida difícil que habían tenido ellos, y antes que ellos sus padres, y los padres de sus padres... Probablemente nosotros no éramos conscientes de ello, pero cuando ahora, treinta o cuarenta años después, pensamos en los frutos de esa clarividencia, no podemos dejar de admirarlos y rendir nuestro más sentido homenaje a todos ellos, aunque, como es mi caso, ya no estén.
Nadie habría apostado por que los hijos de aquellos humildes trabajadores llegaran a desempañar ocupaciones en ámbitos que anteriormente les habían estado vetados como, por ejemplo, y por empezar con lo que, llegados a una cierta edad, consideramos lo más importante: LA SALUD. Y de esta promoción tenemos varios ejemplos de licenciados en medicina y cirugía, como los Drs. JMA (Hospital de MC en ASJ), JBV, médico de familia en P, CR), PLT (urólogo en el hospital de V, Al) y otros que no están en esta foto pero pertenecen a la misma generación (orla de COU), como RSG, JAPL, ambos de Antequera, AMT, cardiólogo infantil (VR,Se), y AMM médico en Córdoba, JM, director de la Unidad de Gestión Clínica de P, Co. O los dentistas MA, (de El Coronil y con el que compartí habitación) o AMA.
Y por continuar con esas ocupaciones extrañas, tenemos a los científicos, que con su trabajo intentan contribuir a la comprensión del mundo físico que nos rodea, bien a través de la investigación, necesaria en la generación de nuevos conocimientos, o de la docencia, necesaria en la formación de los jóvenes en un mundo cada vez más dependiente de la ciencia y la tecnología. Volviendo a la foto, ahí tenemos a RRP, Catedrático de Matemáticas (LR, Alb), a APA, Profesor de química (Ch.Ca), a JASG y GS, también químicos, o a CRP, profesor de Física. Pertenecientes a la misma generación nombres como ACP, profesor de Matemáticas; FLC, profesor de química o RR, profesor del Dpto. de Química-Física de la UCO y dedicado a la investigación, como es mi caso (Diapositiva de mi grupo y breve comentario sobre mis estudiantes y línea de investigación)
Y los técnicos, que con su ingenio contribuyen a plasmar en aplicaciones prácticas los resultados de la ciencia, como AMM, que fuera mi gran amigo, ingeniero industrial y autor de importantes programas informáticos sobre redes eléctricas, y que esta primavera recibió un premio a empresarios emprendedores del valle del Almanzora; o JJM Ingeniero Técnico Industrial y empresario en Albacete. También pertenecen a esta promoción el arquitecto JLC, de La Línea, compañero de habitación y amigo, o informáticos como JMM, o JMA director del departamento de desarrollo de una empresa de sistemas de apuestas y loterías.
Y en un mundo movido por el dinero, no podemos olvidarnos del papel de los economistas. Ahí también tenemos representación, con MRPP, Doctor en Economía, Profesor de la UCLM en Albacete, durante 10 años decano de la Facultad de Económicas y en la actualidad Director Académico del Rectorado en Relaciones con Empresas y Director de la Sección de Economía del Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”. Economista es también GPP, nuestro delegado, y director de una oficina bancaria.
Y hablando de dinero, naturalmente también tenemos que mencionar a los Políticos, como SNO, primer teniente de alcalde de su pueblo; o APG, concejal (no está en la foto).
Y aunque en las Universidades Laborales, por su concepción inicial, se prestó menos atención a las humanidades, de aquí también han salido hombres de letras, y por circunscribirlo a esta promoción, tenemos a MVA, Maestro e historiador, investigador y activista por la recuperación de la memoria histórica, o al profesor de griego de la Universidad de Granada, JMC, o a VV, escritor, historiador, geógrafo, autor de numerosos libros y monografías sobre temas levantinos. También hay bastantes profesores de geografía e historia distribuidos por diversos centros de enseñanza de todo el país. Igualmente podemos encontrar varios licenciados en derecho e incluso un Magistrado/Juez de TSJA.
Ciertamente no todos llegaron a culminar sus aspiraciones y, por unas razones u otras, muchos tuvieron que abandonar. La pérdida de la beca suponía en muchos casos un obstáculo insalvable. No obstante, algunos, años después, retomaron sus estudios, como PPA, economista inconcluso, bombero vocacional, y que posteriormente estudio geografía e historia e incluso comenzó el doctorado.
Por no alargar esta presentación os comentaré brevemente una pequeña encuesta que he hecho circular entre laborales menos próximos de las promociones terminadas en 1976 y 78. Muchos me han contestado a cinco sencillas preguntas y algunos de ellos, no muchos, están presentes aquí y quiero agradecerles la colaboración que me han prestado. El sentimiento casi unánime es que la estancia en las universidades laborales marcó de una manera determinante sus vidas, si no por los conocimientos adquiridos (que, frecuentemente, también), sí por una educación y una forma de trabajo que después les permitió competir con ventaja en la vida real, en las Facultades o en el mundo de la empresa. De los datos se desprende que tanto los que realizaron carreras técnicas o diplomaturas como los que estudiaron carreras superiores han desempeñado puestos relacionados con sus estudios, y en muchos casos han alcanzado puestos de responsabilidad en sus empresas.
En mi vida posterior, ya en el campo de la ciencia, también me he encontrado con otros laborales, entre los que quiero mencionar a mis amigos JMR y BAS, formados en la laboral de Almería y con los que inicie los estudios de biología en la UGR y los terminé en la UAM. También llevamos vidas paralelas posteriormente realizando los tres el Doctorado en el CBMSO, y tras nuestras etapa posdoctoral en América ellos y Alemania yo, volvimos a coincidir en el CBMSO. Ambos son ahora Profesores de Investigación, el equivalente a Catedrático en el CSIC; uno de ellos, BA, en el CBMSO en donde investiga sobre el sistema inmune, mientras que el otro, JMR, lo hace en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, un centro en donde investiga la angiogénesis, un proceso esencial en el desarrollo de los tumores y en las remodelaciones vasculares que ocurren en el corazón tras un infarto. Además, los tres tuvimos la suerte de tener como profesor, y ahora como compañero en el CBMSO, a otra persona formada en la UL de Sevilla, el almeriense Gines Morata, Premio Príncipe de Asturias de Investigación científica, y sin duda, uno de los biólogos más importantes del país. Este a través del estudio del desarrollo de la mosca del vinagre ha descubierto los mecanismos básicos que también gobiernan también el desarrollo de los seres humanos, y que p. ej., las extremidades tengan la forma y el tamaño adecuado….
En definitiva, creo que estos pocos casos que he mencionado ejemplifican la contribución de las decenas de miles de personas formadas en el sistema de UULL al avance de nuestra sociedad, avance que se ha producido de manera imparable en el final del siglo XX.
Que duda cabe que todos estos logros están basados en el estudio y en el trabajo duro de cada uno de nosotros durante muchos años, pero es el sentir general que, incluso más importante que el aspecto económico que conllevaba el disfrute de la beca, estos logros no habrían sido posibles sin esa temprana instrucción, sin esa manera de concebir la educación basada en el estudio, en la reflexión y en la aplicación práctica de lo aprendido que nos proporcionó la Universidad Laboral. Por ello, no quiero dejar de mencionar a todos aquellos educadores y profesores, que con trabajo y tesón fueron parte esencial de aquel andamiaje y que contribuyeron de manera decisiva a que el sueño de nuestros padres se hiciera realidad. Solo puedo nombrar a algunos de aquellos de los que fui alumno. Entre ellos los profesores de Matemáticas, D. Joaquín Gimeno, D. Luis Carrascosa y D. Ildefonso Herrera, que me enseñaron la importancia del rigor en el razonamiento y su plasmación en forma de expresiones matemáticas. Los profesores de Ciencias, Dª Lucrecia Gallego y el D. Manuel Gómez-Lama, que acrecentaron mi interés por la Biología; el profesor de química D. Alejandro Arribas o el de física, Sr. Quislant, con quienes comencé a comprender los fundamentos de lo que es hoy mi profesión, es decir las bases fisico-químicas de la vida. Aunque no fue profesor mío, sí quiero dejar constancia de la profunda huella académica y humana que dejó entre muchos de mis compañeros de promoción el magisterio de padre Gago, a quien hoy tenemos el placer de acompañar y al que acabo de entregar un mensaje de un antiguo alumno. También quiero dejar constancia de mi cariño al padre Erviti, profesor de Filosofía, gran erudito del arte románico y mejor persona, de sus clases al aire libre al estilo de los peripatéticos de la antigua Grecia, y de aquellas licencias que nos concedía de vez en cuando para acercarnos a la ventana a contemplar la entrada de las chicas encargadas del comedor. Porque, si en algo hay que criticar a la educación que recibimos en esta casa, es el desconocimiento total de la realidad femenina. Con el tiempo eso creo que se arreglo en parte, pero a nosotros nos tocó la travesía del desierto. También mencionar al padre Cantueso o al padre Santamarta y su famoso cineforum y a tantos otros dominicos. Gracias a todos.
Y quiero terminar con una idea quizá un tanto provocativa: es posible que con el paso del tiempo, los cambios en la concepción de la educación, del valor del esfuerzo individual y de la disciplina, un sistema como aquel fuera inviable hoy en día. Pero el sistema se derribó, como se derribaron las estatuas del dictador, y no se sustituyó por un equivalente, actualizado si se quiere. Y en este punto creo que es lícito preguntarse ¿tienen hoy las mismas posibilidades de promoción los hijos de los obreros que las que tuvimos nosotros hace más de treinta años? No estoy seguro de ello.
Gracias por vuestra atención.
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Ricardo Veroz Herradón
Sr. Vicerrector de Infraestructuras y Campus, señores miembros de la mesa, queridos amigos y amigas,
Mis primeras palabras son de agradecimiento a los organizadores de estos encuentros, principalmente a Francisco Rivera, a Lucrecia y a Juan Antonio Olmo que desde la página web nos tiene a todos conectados. En esa página que es una fuente inagotable de recuerdos y vivencias. Les agradezco, asimismo que hayan contado conmigo para intervenir en este acto que, por otra parte, estoy seguro que cualquiera de los que aquí estamos podrían contar vivencias compartidas de nuestros años en la laboral. Como dirían nuestros hijos y también nuestros nietos, muchas batallitas.
Por otra parte, pienso que hoy somos todos protagonistas, y que lo que queremos es encontrarnos y recordar esos tiempos. Estoy convencido que los años que permanecimos como alumnos en estas aulas, fueron años intensos en lo personal y en lo académico y prueba de ello es que recordamos infinidad de circunstancias y situaciones, cosa que no nos ocurre de otras épocas de nuestras vidas.
Por la razón anterior seré breve en mi exposición, que va a consistir en contaros mi particular punto de vista de cómo se ha pasado de “La laboral” a “Rabanales”.
Perdonadme que haga una pequeña introducción personal. Llegué a “la laboral” en el año 1959, estuve como alumno hasta el año 1963, año en que termine los estudios de Maestro Industrial. Desde el año 1963 hasta 1989, 26 años, desarrollé diversas tareas profesionales y docentes, y lógicamente me integré en la sociedad cordobesa a través de amigos, aficiones, cultura, etc. Durante esta etapa di clase de prácticas en el taller de Máquinas especiales, de laboratorios tecnológicos, de automatismos, estuve como Jefe de talleres durante 5 años, posteriormente impartí clase de matemáticas en Bup, Economía y Organización industrial en Ingeniería Técnica. En el año 1989 pasé como profesor de Organización de empresas a la Universidad de Córdoba, y hasta ahora aquí se ha desarrollado mi vida profesional. Como veis, una perspectiva desde el lugar de los hechos que puede ser interesante, aunque algunas veces puede carecer de la suficiente perspectiva que da la distancia y el tiempo.
Quiero hacer una especial mención y mi reconocimiento a lo que fue la institución y las personas que la formaron: dominicos, profesores (todos auténticos formadores y educadores), las personas que ocupaban los distintos despachos administrativos y los que desempeñaban oficios auxiliares y de matenimiento, con todos llegué a tener una gran amistad que aún permanece.
Voy ha hacer una visita por diversos lugares de lo que fue la Universidad Laboral y ahora es el Campus universitarios de Rabanales.
Lo primero que haremos es llegar, para ello cogemos un tren especial en la Estación de Atocha y tras una larga noche, con paradas en casi todas las estaciones para dejar paso hasta los trenes de mercancías, aparecemos en la estación de Córdoba. Esa estación que hoy alberga la sede de la televisión andaluza y que a mí, por lo menos, me llamó poderosamente la atención las altas palmeras que destacaban sobre el cielo al amanecer. Bueno, eso cuando nos dejaba el tren en la estación y no en el terraplén de lo que hoy es apeadero de Renfe. ¿Como se llega hoy a Rabanales?. Aparte de la carretera, se coge un tren en la estación del AVE y en cinco minutos estamos frente al aulario, al lado del Colegio San Rafael. Hace unos días, decía el periódico que iban a cambiar los trenes y que el que llegue a Rabanales podrá coger una velocidad de 160 kilómetros a la hora. Seguro que cuando nos demos cuenta apareceremos en Andujar.
Una vez que hemos llegado a la laboral, nos venimos a la Iglesia, a este lugar donde nos encontramos. Iglesia en la que hemos visto algunas misas con doce o quince dominicos, y ahora Salón de actos Juan XXXIII, en el que se han desarrollado diversos actos entre los que se pueden citar inauguraciones de curso con la presencia del Rey.
Visitaremos ahora los colegios: Gran Capitán es el edificio Celestino Mutis, Juan de Mena edificio Mendel, San Rafael Ochoa, Luis de Góngora Darwin, San Alberto Einsten y San Álvaro Marie Curie. Como veis, se ha pasado de ilustres cordobeses a otros ilustres científicos e investigadores de nivel mundial. Algunos aún nos referimos a estos edificios con los nombres cordobeses, que de alguna manera, pienso yo, debería reivindicarse el cordobesismo en esta nueva etapa de “rabanales”.
Los cambios no han sido solo de nombre, ha existido una profunda renovación de los edificios y una adaptación a las necesidades universitarias. Donde había habitaciones, salas de reuniones, salones de estudios, bibliotecas, salas para actividades de música, montañismos, radio, etc. ahora nos encontramos con despachos, departamentos, laboratorios,...
Alguno, en la visita que haremos, aún sentirá en estos lugares la presencia de algún dominico: Fray Panpin, Larrañeta, Izarbe o Mustafá.
De los colegios salíamos muy temprano a Educación Física, hacia los campos de deportes, pistas de atletismo, gimnasio,.... Hoy estas instalaciones deportivas son las del Monte Cronos o las del polideportivo La Areté. Muchos de vosotros reviviréis aquellas jornadas de los campeonatos escolares, y la de tantas competiciones deportivas celebradas y recordaréis el ímpetu de los profesores de educación física, Omar, Pascua Piquera, José Luis, Guillermo, más tarde Elizarán, Madrigal,...
Antes de llegar a las instalaciones deportivas, y yendo por la carretera que está entre los colegios San Álvaro, San Albero y Luis de Góngora y el canal, pasamos por una serie de edificios entre los que se encuentran el Centro experimental de sanidad animal, el Hospital clínico veterinario, el centro de Calculo, y otros edificios que se han construida al lado de la piscina cubierta.
Podemos pasar ahora por los talleres, esa nave de 300 metros llena de máquinas y de alumnos. Recodaremos a Fonseca y Robles en la oficina técnica, a diversos profesores: Pedro Pérez, Suarez, Román, Acero, San José, Espejo,..,. Y en Metalúrgico a Pedro Chico, Lázaro, Mario, Ramirez,... Bueno, ahora los Talleres generales es el edificio Leonardo de Vinci, dedicado a las ingenierías, que por cierto aún no he visitado y no conozco el cambio del lugar en el yo he pasado 26 años. En este cambio y adaptación tiene mucho que ver el Vicerrector que hoy nos acompaña.
Pero no todo ha sido tan fácil y rápido. Os puedo decir que “la laboral” paso por unos momentos en los que los que aquí estábamos lo veíamos peligrar. Cuando se hicieron las transferencias de las instalaciones al Ministerio de Educación y Ciencia y la “laboral” pasó a depender de la Delegación de Educación de Córdoba, cambió todo. Un buen porcentaje de alumnos que llegaban, eran los que no entraban en los institutos de la ciudad, cuando había que sustituir profesores se hacía de una bolsa de trabajo general, en donde la especialidad de los mismos no era condición necesaria, los costes de mantenimiento de estos edificios eran muy elevados para la Delegación. El Delegado llegó a decir que con lo que costaba mantener ésto, podía construir perfectamente un instituto en la ciudad. Pienso que en ese momento se había perdido la perspectiva de lo que la laboral había representado para la formación académica, la formación profesional y sobre todo la formación personal. No se estaban aprovechando ni las instalaciones, ni la experiencia, ni se estaba pensando en el valor futuro que podía tener.
Pienso que la suerte para la “laboral” fue que hubo alguien en la joven Universidad de Córdoba que supo apreciar el valor futuro y realizó una fuerte apuesta para llegar a lo que hoy tenemos, digo tenemos en plural porque pienso que este patrimonio es de todos, de los que estuvieron, de los que ahora están y de los que vendrán. Es un patrimonio de Córdoba y de los cordobeses. Esta persona fue el, por entonces Rector de la Universidad de Córdoba, Amador Jover, que por cierto, tenía vinculación familiar con uno de los profesores que durante muchos años fue emblemático y referente para los alumnos, el profesor Antonio Moyano, ese que llamaba a los alumnos de peritos “turistas”. Yo se que sigue al tanto de lo que ocurre en “la laboral”, el año pasado me llamó emocionado al conocer todo lo que se hizo.
Tampoco para la universidad el cambio de los antiguos edificios en donde estaban ubicadas las facultades al campus de rabanales fue fácil. Había oposición de grupos de profesores y de alumnos. Salir de la ciudad y tener que ir a dar clase ”tan lejos”. A mi me preguntaron en más de una ocasión que qué me parecía, y yo claro, no lo entendía, tantos años me había pasado que no lo consideraba como algo problemático, si bien es verdad, que con el aumento del tráfico al polígono de las Quemadas, algunas mañanas se tarda más en llegar a Rabanales que ir a Sevilla.
De la “laboral a rabanales”, tiene también otro componente, el de las personas. Alumnos de la laboral que ahora son profesores en la Universidad. Profesores de la laboral que pasaron a profesores de la Universidad y más casos que se podrían dar en otras personas.
Cuando se transfirió la Escuela de Ingeniería a la Universidad de Córdoba, pasaron como profesores de la misma un buen número, que pienso yo tuvieron alguna influencia tanto en el propio funcionamiento como en los alumnos. En “peritos” ya había profesores de la laboral: Aguera, Santacruz, Ramón Arroyo, Francisco Rivera... y otros que llegaron: Basilio, Merino, Bellido, Marmol, Cívico, Juan García, Camacho, y otros más que no se me olvidan pues para nosotros represento un importante cambio. También en otras facultades y escuelas había antiguos alumnos de la laboral de profesores, y aquí si que me pierdo pues estos después de su salida de la laboral hicieron sus estudios universitarios en otras universidades españolas.
Terminamos nuestra breve visita en el Paraninfo, edificio de Dirección y Administración del Campus. Aquí algo no ha cambiado. El mosaico de cien metros cuadrados que preside la portada, la obra de Vaquero Turcios que representa “La Creación y el Trabajo”, sobre el que en letras doradas está la frase de Séneca: “Para bien de todos trabajan y combaten los mejores”.
Gracias y mi deseo de que el día de hoy sea un día de felicidad y de grandes y buenos recuerdos |
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