P. Aurelio naranjo O.P.
 
 
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Mi estancia en la Universidad Laboral de Córdoba transcurrió desde 1973 a 1980. Soy Fray Aurelio, dominico que llega a Córdoba en Septiembre de 1.973. Mi destino en la Uni al llegar fue de Director Espiritual del colegio San Alberto Magno; daba clases de Religión y atendía espiritualmente a los muchachos. Era director del colegio el Padre José Luís Zabalza; estaba con él también el Padre Alfredo Bayón. Luego más tarde llegó el Padre Luís María Verde.

        Encontré gente maravillosa. Formamos un coro que se hizo famoso. No sólo actuaba en la capilla del colegio sino que también tuvimos actuaciones en la ciudad de Córdoba, en concreto en la Barriada de Fray Albino, en un colegio que llevaban las Hijas de la Caridad.

        Con los chicos de San Alberto Magno hicimos muchas excursiones. Estuvimos dos  o tres veces en Ceuta y en esos viajes vivimos anécdotas interesantes. Daros cuenta que el conductor del autocar para pasar botellas de wisky, dio una botella a cada uno de los chavales, así pudo pasar por la aduana cincuenta botellas sin pagar impuestos. Todos los chicos llevaban una botella de recuerdo para su familia.

        Por Semana Santa nos íbamos el Jueves Santo para Sevilla para  ver las procesiones de madrugá y volvíamos a Córdoba el Viernes Santo por la mañana. Hacíamos otro tanto al llegar la Feria de Abril. El Sábado Grande nos íbamos a Sevilla y pasábamos toda la noche en la feria hasta el domingo a medio día.

Estuvimos también dos veces en El Veleta en la nieve. Salíamos un sábado por  la tarde y nos marchábamos en autocar hasta Granada. Visitábamos la ciudad toda la tarde y noche. Dormíamos en un hotel, en Granada, y el domingo tempranito salíamos para la sierra a esquiar.

         En el primer año en San Alberto me sucedió algo muy bueno. Los alumnos de tercer curso de Ingenieros Técnicos iban haciendo durante el curso sesiones de cine, con interesantes películas, rifas etc. para recaudar dinero y con ello poder realizar un viaje de fin de carrera. Yo todas las semanas les ayudaba; les daba la propina. Cuando el curso terminó los muchachos de tercero me invitaron al viaje a Palma de Mallorca. Desde Córdoba fuimos en autobús hasta Valencia y desde allí tomamos un avión y nos trasladamos a la isla. Ya no recuerdo los días que pasamos allí pero sí que fueron formidables; visitamos toda la isla.

         De director espiritual y dando las clases de religión estuve el curso 1973-1974. En el curso 1974-75, el entonces Rector de la Universidad,  fray Santiago Pirallo  me nombró director del Colegio San Alberto Magno. Me ayudaron en la tarea del colegio los padres Fray Juán  Cruz  Monreal y Fray Fernando Vela. Como director espiritual estaba el Padre Cantueso, ya fallecido. Intentamos que el colegio funcionara democráticamente.

         En Mayo de 1975 tuve que abandonar la Universidad durante algún tiempo porque mi madre enfermó y salí para cuidarla. Permanecí con ella hasta Octubre.

         A mi regreso a la U.L.C., me ofrecieron el cargo de Director Espiritual en Juan de Mena, cuyo director era el P. Nemesio O.P. Estuve en este colegio desde 1975 a 1979 y fue una buena experiencia. También impartía clases de Religión y otras asignaturas de Bachillerato.

Procuraba hacer agradable la estancia a los  alumnos.  Cuando las clases del pabellón se trasladaron a las aulas nuevas, conseguimos un aula grande para hacer una sala de música moderna. Con la ayuda de un educador, D. Rafael Martínez Arana montamos una obra de teatro preciosa: "El Principito". Fue un éxito aunque no nos dieron el premio. Guardo muy gratos recuerdos de aquella preparación escénica.

        El curso 1979-1980 ya fue más complicado. Comenzaron las huelgas, el desconcierto. Ya no fue lo mismo. En  1980 los dominicos dejamos definitivamente la Universidad Laboral de Córdoba.

         Hice muy buenos amigos. Con algún curso hicimos una hermosa convivencia en Córdoba. Con muchos exalumnos me he visto y hemos pasado buenos ratos a lo largo de todos estos años. Con algunos de ellos sigo manteniendo correspondencia  electrónica.

       Indudablemente que en todos estos años he tenido muchos fallos, desaciertos, equivocaciones. Pero siempre me animó una buenísima voluntad hacia todos los alumnos de la Universidad. Mi cariño hacia todos ellos fue, y sigue siendo, enorme, como un padre puede amar a sus hijos. Pues mi intención fue siempre que descubrieran en nosotros, los dominicos, el rostro de un Dios, Padre Bueno lleno de ternura que para todos ellos ofrecía una felicidad sin medida y para siempre.

 

 
 
 
 
 

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