José Madrid Sánchez |
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Reside actualmente en Córdoba |
Ingresé en la U.L.C. en el curso 1963-64 y finalicé el 69-70. Considero que mi estancia en la Uni ha sido crucial en mi vida. Del aula 2ºIA, recuerdo a algunos compañeros como:
Los compañeros con interrogantes es debido a que no estoy seguro de que estuvieran ese año en dicha aula. Como verás, éramos todos de Córdoba o Ciudad Real. El 2º de Oficialía, curso 65-66, lo hice en Juan de Mena con el padre Herrera de director, en el aula 2º C, especialidad torneros. Los compañeros de 2º y 3º de Oficialía, están casi todos localizados gracias al gran trabajo de Vicente Aparicio Arias (Jefe de aula), y José María Marco Agóiz. El curso de Preparatorio 67-68 lo realicé en Luis de Góngora, recordando ya muy poco de dicho colegio, sólo que eran tres asignaturas ( Matemáticas, Física y Química), que había que aprobarlas entre Junio y Septiembre y que había que desplazarse a la Escuela de Peritos, a jugárselo todo en un exámen, vamos por libre.. 1º y 2º de Ingeniero Técnico Industrial de Mecánica, en Estructuras e Instalaciones Industriales, cursos 68-69 y 69-70, los relicé en el colegio San Alberto, encontrándome de nuevo como director al padre Zabalza, al menos en 2º. En 2º año perdí la beca, finalizando la Ingeniería Técnica en la Escuela de Córdoba, donde aprobar por parciales era relativamente fácil, fue un cambio abismal. De los primeros cursos sobre todo tengo muchos recuerdos imborrables, de los padres, profesores, clases, compañeros, juegos, etc. También recuerdo con mucho agrado el Paso del Ecuador, con comidas y fiestas en Córdoba, y la "peazo" capea, en una finca más allá de Alcolea. Muy importantes también las poesías mensuales del Padre Gago en la asignatura de Literatura, como: Los Mozos de Monleón, Era un niño que soñaba un caballo de cartón, El lagarto está llorando la lagarta está llorando, Oda a la gaviota, El otoño, etc, decía que educaban el alma, y la verdad es que todavía me acuerdo de algunas, al igual que otros compañeros. También recuerdo con agrado aquellos bocadillos de mejillones que preparaban en su pequeño bar, Chari y su marido, a seis pesetas, y las sesiones de cine los fines de semana, un día gratis y otro a cinco pesetas, o los tres peluqueros que nos cortaban el pelo junto a la capilla de San Rafael, uno de ellos era mudo. Un abrazo. |
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